Las puertas automáticas suelen utilizar un sensor de presencia que alerta al dispositivo sobre cuándo abrir o cerrar. Este sensor se conecta a un motor, que se encarga de mover la puerta, cuyas hojas cuelgan sobre una guía de correa dentada conectada a su vez a la corriente.
La corriente eléctrica y el motor son elementos muy importantes en el movimiento de las puertas, pero son los sensores los que posibilitan que estas se abran y cierren al detectar nuestra presencia.
El sensor crea una zona de detección de presencia, y cuando ésta es invadida por una persona el primero da la orden al motor a través de un microprocesador, para que se abra la puerta.
El cierre ocurre cuando, al pasar un lapso de tiempo, el sensor deja de detectar la presencia de objetos en su zona de detección.
Tipos de Sensores
Actualmente existen dos tipos de sensores que se emplean para abrir puertas automáticas, estos se ven frecuentemente en puertas de edificios, comercios, o incluso en hogares, abarcando el interior de los mismos e incluso los garajes:
- Sensor por Infrarrojos activo
Este tipo de sensor funciona mediante un transmisor y varios receptores con sistemas ópticos integrados en un chip.
Cuando el sensor detecta un objeto o persona en su zona de detección, la señal entre el transmisor y los receptores se rompe, abriendo de ese modo las puertas automáticas.
Dicha zona de detección puede abarcar un área más grande o más pequeña, en dependencia de la cantidad de puntos de transmisión que se empleen.
- Sensor de Microondas
Los sensores de microondas utilizan ondas electromagnéticas que se emiten a partir de un transmisor de radiofrecuencia.
Las ondas se dirigen mediante una antena hacia diversas superficies como paredes y suelos, las cuales las reflejan de vuelta al receptor, manteniendo una frecuencia estable.
Cuando el sensor detecta el movimiento de una persona u objeto, la frecuencia de las ondas se transforma. Y, cuando esto ocurre, el sistema del dispositivo emite la orden de abrir la puerta.
Existen sensores de microondas que pueden distinguir entre objetos aproximándose a la puerta, y objetos estacionarios en la zona de paso, lo cual les permite mantener la puerta cerrada en el último vaso.
Ventajas
Claramente, los sensores de puertas automáticas brindan un buen componente de comodidad para aquellos que las utilizan, pero sus ventajas no quedan ahí. Te invitamos a conocer otras que quizás no habías considerado:
Aportan mayor seguridad, ya que evitarán el cierre de puertas cuando hay objetos obstaculizando el mismo. Puede ser lo mismo el auto a la entrada del garaje, un niño o mascota pasando a través de la puerta de una oficina o comercio, etc.
Son más convenientes, especialmente para evitar empujar las puertas constantemente, sobre todo si se trata de personas mayores o discapacitadas a las que se le puede hacer difícil esa tarea.
Contribuyen a la higiene, ya que al no tener que tocar la superficie de la puerta en sí, se reduce el contacto con posibles gérmenes o virus.
Se ahorra más energía, pues al controlar eficientemente el tiempo que permanecen abiertas las puertas, se reduce el consumo de los sistemas de aire acondicionado.
Como puedes haber notado, el funcionamiento de los sensores de las puertas automáticas no entraña grandes misterios. Sin embargo, esto no hace que sean menos útiles y sofisticados.